Son palabras que sabe que no te dirá, palabras que has aprendido a no esperar. Ahora luchas por no decirlas, por mantener en tu interior todo aquello que lucha cada segundo que pasas con ella por salir gritando. Es un sentimiento que intentas apagar, aunque sea como un bosque ardiendo en un día de viento.
No. Ya no esperarás esas palabras, ya no las dirás. Sabes que no hay manera de conseguir una respuesta agradable. Creas momentos, es lo que haces. Lo único que se te da bien. Pero ella tiende a romperlos sin darse muy bien cuenta de cómo. Lo cierto es que lo hace. Siempre sabe qué decir y cuándo decirlo para recordarte: eh, que no, que me olvides.
Si sólo pudieras hacerlo...
Ya no esperarás esas palabras que nunca te dirá. Ya no esperarás que te quiera.
Impasibilidad y relativismo
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Cuando la impasibilidad y el relativismo alcanza a todas las capas de la
sociedad y la política, ocurren cosas como la de ayer. Sucede, no sólo que
miles d...
Hace 11 años